Cuando has decidido que quieres ventanas de aluminio, o ha sido tu cliente el que te las ha pedido, toca escoger el acabado, para lo cual debes conocer la diferencia entre el aluminio anodizado o el lacado.
Aunque al ojo de alguien que no conozca el material parece igual, lo cierto es que ambas terminaciones dan al aluminio unas propiedades distintas.
¿Qué diferencias hay entre los dos tipos de aluminio?
Con el fin de que puedas tomar la decisión sobre si prefieres el aluminio anodizado o el lacado, lo mejor es que conozcas cómo se lleva a cabo el tratamiento en cada uno de los casos.
Aluminio lacado
Hace ya muchos años el aluminio no se trataba, de tal forma que quedaba expuesto a los elementos. De hecho, en las ciudades aún podemos ver ventanas de color gris, que es el natural de este material.
Ahora esto no se hace así y uno de los tratamientos es el lacado, gracias al cual es posible escoger cualquier color, de manera que las ventanas de aluminio lacado van a encajar perfectamente con la fachada o incluso con la decoración interior.
A la hora de darles este color, primero se limpia el perfil y se desengrasa para, posteriormente, aplicar una pintura en polvo del color deseado, pasando la pieza al horno que, al calentarse, funde el aluminio y la pintura, lo que permite un acabado muy uniforme.
Aluminio anodizado
El proceso no es muy distinto del que se lleva a cabo con el aluminio lacado. De hecho, comienza igual: con la limpieza y el desengrase, pero en lugar de polvo de color y horno, aquí primero se sumergen los perfiles en una cubeta para darles un baño químico.
Así se abren los poros, lo que consigue que el color (óxidos metálicos) entre en la pieza, cerrando después los poros aplicando vapor.
¿Qué acabado es mejor para las ventanas?
No se puede decir que las ventanas de aluminio anodizado sean mejores que las que se han lacado o viceversa, pues lo cierto es que no hay muchas diferencias entre ambas.
Una de ellas la vemos a nivel estético, de forma que si para ti la apariencia de tu ventana es fundamental, seguramente te gustarán más las ventanas o los cerramientos de aluminio lacado, pues te permite escoger el color que desees.
En el caso del anodizado la elección de los tonos está mucho más restringida y al emplearse óxido metálico solo hay colores metalizados.
Al tratarse de acabados tan similares, y dejando a un lado la estética, la mejor terminación para las ventanas viene decidida por el clima. Si vives en climas duros y agresivos, como el de las ciudades de costa, en las que el ambiente hace que aparezca la corrosión, incluso en los materiales más duros, el anodizado es el mejor acabado de los dos.
Lo mismo pasa si tu casa está en una gran ciudad, en donde la contaminación al final perjudica a los metales, de forma que aquí el anodizado siempre es la primera opción, mientras que si vives lejos de la costa, la vivienda está en un pueblo o la ciudad es pequeña basta con el lacado.
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Es posible que pese a que hemos explicado la diferencia entre el aluminio anodizado o el lacado, aún no sepas cuál es el mejor perfil para tus ventanas, de modo que te lo explicaremos encantados una vez que nos cuentes qué es lo que buscas y en qué tipo de clima vives.